Cualquiera que haya tomado un “shot” de alguna bebida con alta concentración de alcohol, como el tequila, conocerá la característica sensación de ardor que aparece en cuanto el líquido pasa por su garganta. Existe una razón muy simple por la cual esto sucede, y no tiene nada que ver con la temperatura de tu bebida.
Lo que pasa es que el etanol sensibiliza una proteína receptora que existe en nuestras bocas y gargantas, cuya función es detectar el calor y avisar a tu sistema nervioso central si la temperatura aumenta demasiado. Normalmente “las alarmas” se activan a los 42 ºC.
El etanol de nuestra bebida “emborracha” a estos receptores y los hace más sensibles al calor, y empiezan a enviar señales a los 34 ºC… y tu cuerpo está a (más o menos) 37 ºC. Así que el calor que sientes en tu garganta, según el artículo de Conéctica, proviene de ti mismo, en realidad.
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